martes, 5 de septiembre de 2017

Visita a Roma: Iglesias - 1 -

 La Archibasílica del Salvador y de los santos Juan Bautista y Juan Evangelista, más conocida como Archibasílica de San Juan de Letrán es la catedral de la diócesis de Roma, donde se encuentra la sede episcopal del obispo de Roma (el papa). Está dedicada a Cristo Salvador, sin embargo es más conocida con el nombre de San Juan, por estar dedicada a los dos santos principales que llevan este nombre.
 San Juan de Letrán es la iglesia más antigua del mundo. Por eso recibe el título de Cabeza y Madre de todas las iglesias. Cuando cesaron las persecuciones, a comienzos del siglo IV, el emperador Constantino cedió al Papa el Palacio de Letrán (preexistente a la iglesia), para que fuera su residencia oficial. Letrán fue la sede central de la Iglesia Católica durante más de 1.000 años, hasta el siglo XIV en que los Papas se trasladaron al Vaticano.
 La actual basílica está dividida en 5 naves de 130 m de largo. El interior está decorado en estilo barroco fruto de una radical transformación de Francesco Borromini en el siglo XVII


 La basílica de Santa María de los Ángeles y los Mártires es un templo que se encuentra junto a la actual plaza de la República
 El edificio fue diseñado en 1562 por Miguel Ángel sobre la base del aula central de las Termas, a solicitud de papa Pío IV y del sacerdote siciliano Antonio del Duca.
 La Basílica de Santa María de Aracoeli (en italiano, Santa Maria in Aracoeli) es una iglesia situada en la cumbre más alta del Monte Capitolino. Es aún la iglesia escogida del Senado y el Pueblo Romano.
 Fue construida durante el siglo VI sobre una antigua abadía bizantina. Durante el siglo IX la iglesia fue entregada en un primer momento a los benedictinos y posteriormente a los franciscanos, que le aportaron un aspecto gótico

 La iglesia de San Juan Bautista de los Florentinos (San Giovanni Battista dei Fiorentini), está situada al final de la vía Giulia, entre la vía dell'Oro y el Largo dei Fiorenteni, siendo construida por la numerosa comunidad florentina que vivía en esta zona de Roma, apoyados por el poder de dos grandes papas toscanos de la Casa de los Médici: León X y Clemente VII.

La Comunidad llegó a tener su propio tribunal, sus propias leyes y hasta un Cónsul, con su propio consulado e incluso su propia prisión. La población florentina y la Compañía de la Misericordia obtuvieron del papa León X el permiso para construir su propia iglesia parroquial, que pusieron bajo el título del santo patrono de Florencia, San Juan Bautista.
 Entre las propuestas o diseños presentados, entre otros de Miguel Ángel, Rafael y del Peruzzi, el Papa optó por el de Jacopo Sansovino, que comenzó la construcción de la misma a principios del año 1500. Tardó un siglo en ser construída, por lo que fue continuada por Antonio de Sangallo el Joven, por Giacomo Della Porta y por Carlo Maderno, al cual se debe su característica cúpula (1614),de forma alargada, por lo que fue llamada jocosamente por los romanos como “el caramelo chupado”.

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