lunes, 27 de mayo de 2019

Retablos en las Iglesias de Sánlucar de Barrameda

 Iglesia de San Jorge. Retablo con Virgen del Rocío
 La Basílica de Nuestra Señora de la Caridad. En el interior de la iglesia destaca el retablo del Altar mayor que data de 1612, fue proyectado por Alonso de Vandelvira y ejecutado por Martín Christián y Hernando de Moya. Está formado por tres cuerpos, tres calles separadas por dobles columnas y ático y decorado con pinturas realizadas por Francisco Juanete, alusivas a la vida de la Virgen y relicarios.  Reside la imagen de Nuestra Señora de la Caridad Coronada que fue proclamada en 1618 patrona de Sanlúcar de Barrameda
 Parroquia de San Nicolás. El retablo mayor, del siglo XVIII y de grandes dimensiones, está presidido por la imagen del Cristo de la Expiración del siglo XVII, que cuenta a sus lados con sendas imágenes de San Pedro y San Pablo también del XVII. Ahora precedido por Virgen de la Esperanza.
 Convento Regina Coeli. El retablo mayor se realizó en la primera mitad del siglo XVIII.
Iglesia de la Trinidad. la capilla Mayor está cubierta por un artesonado que es una joya de estilo mudéjar, una de las mejores de Andalucía y única en Sanlúcar que data de los mismos años en que fue fundada la iglesia. Esta fue fundada en 1441 como iglesia y hospital para alivio de quienes iban y venían de las Canarias, por iniciativa de Alonso Fernández de Lugo, padre del homónimo Adelantado Mayor de Canarias, quien yace sepultado en el templo y que también fue fundador del Convento de San Francisco. El retablo mayor de la iglesia es de Juan González de Herrera, firmándose el contrato del mismo el 4 de enero de 1679. En la iglesia radicaba la Cofradía de la Beatísima o Santísima Trinidad, dedicada a las obras de misericordia
 Parroquia Mayor de Nuestra Señora de La O. En su retablo mayor hay una espléndida obra rococó del siglo XVIII. La primera imagen, en el centro del retablo, es la de Nuestra Señora de la O, con la Trinidad en la cumbre del conjunto. A un lado se halla la capilla de la Inmaculada, y al otro lado una preciosa y enorme capilla sacramental, hoy cerrada con una reja elaborada en Vizcaya.
Al lado de estas capillas se sitúa el conocido como Altar del Descendimiento, llamada así por la gran pintura manierista que lo preside, elaborada a mediados del siglo XVIII.
 Iglesia de Nuestra Señora del Carmen. Su Altar Mayor es una obra prodigiosa realizada en 1756, donde destaca el nicho central con la Virgen del Carmen, titular de la orden de los Carmelitas.
 Iglesia de Santo Domingo. El retablo mayor es de estilo rococó, realizado en 1761 por Pedro de Asencio y en el que también se encuentran las imágenes de San Francisco y de Santo Domingo que fueron realizadas por Miguel de Adán, procedentes del antiguo retablo mayor.
La Iglesia de Nuestra Señora de los Desamparados. En 1774 se le encarga a Andrés Marín la construcción del retablo del altar mayor de la Iglesia de los Desamparados. Por la obra se le pagaron nueve mil reales, mil quinientos por el Camarín y seiscientos por los ángeles que sostienen las lámparas.

martes, 21 de mayo de 2019

Una ciudad en detalles...Sevilla


Monumento a los ancianos de Sevilla en la calle Almirante Topete en el barrio Tiro de Linea.
Escultura inaugurada el 13 de marzo de 2008. Obra del escultor Nicomedes Díaz Piquero
Piragüista en el río Guadalquivir
Azulejo en el mercado de Triana
 Casa de la Memoria en calle Cuna. Es un centro cultural con actuaciones de flamenco, exposiciones, cursos, etc que exploran las raíces del flamenco y su historia.
En el barrio de San Lorenzo, uniendo la calle de Santa Clara con la de Jesús del Gran Poder, discurre una calleja larga y estrecha que recibe el nombre de  calle Hombre de Piedra ( antes llamada del Buen Rostro ). El motivo de tal denominación reside en que en ella, empotrada en una hornacina a nivel de la acera, puede verse una estatua de piedra, de borrosos relieves, que lleva allí varios siglos.

Esta leyenda se remonta a una fresca noche del siglo XV en la que bebía a saco Mateo el Rubio con sus amigos en una taberna. Cuando salió a la calle pasaron por la puerta del Santísimo Sacramento, en la que era obligatorio arrodillarse por orden del rey Don Juan II (todavía se lee esta orden). Todos lo hicieron, menos el rebelde Mateo que insultó y se rió en la cara del Santísimo Sacramento, diciendo que eso era tema para beatas. Fue entonces cuando la ira de Dios le mandó un rayo divino, hundiendo sus rodillas en la tierra y convirtiéndolo en piedra.
Actualmente la verdadera interpretación es que se trata de una estatua romana perteneciente a unas termas, que los árabes mantuvieron señalando unos baños públicos llamados “de la estatua” y que ha resistido hasta nuestros días las múltiples reformas sufridas durante casi dos mil años.
Hornacina con busto del rey Pedro I de Castilla en el nº 30 de la calle Cabeza del Rey Don Pedro. Comienza en la calle Boteros y desemboca en la confluencia de Muñoz y Pabón, Corral del Rey y Almirante Hoyos. Antiguamente se llamó calle del candilejo.

Dice una leyenda que el rey Don Pedro solía salir de noche a recorrer la ciudad de incógnito. En una de sus correrías tuvo un altercado con un desconocido, al que mató. Al día siguiente corrió la noticia de que un noble había sido asesinado aquella misma noche. El rey mandó averiguar lo ocurrido, prometiendo colgar la cabeza del asesino en el lugar del crimen. Una anciana testificó que podía identificar al culpable: el propio Rey, al que reconoció porque le crujían las articulaciones. El Rey reconoció su culpa y, para expiar su pena, mandó colocar una efigie suya en aquel lugar.
El busto y nicho actual son obra de alrededor de los años de 1620-30, que sustituyen a otros más antiguos que había en el mismo lugar. (Otros autores, no obstante, datan el busto en el año 1599, y lo atribuyen al escultor Marcos Cabrera)
Exterior de la iglesia de San Isidoro. Calle Augusto Plasencia
Calle Tomás de Ibarra, 18. Casa de Paco Palacios "El Pali".
Museo Casa de la Ciencia en Av. de Chile, 3
Museo de la Ciencia